Una historia de abusos
Esta es la historia de una niña de seis años y medio llamada Beth, quien perdió a su madre cuando solo contaba con un año de edad, ella y su hermano menor Jonathan quedaron bajo la tutela de su padre biológico quien en lugar de cuidarlos y protegerlos abusó emocional y sexualmente de ellos. Por suerte, los abusos fueron detectados por médicos especialistas en el tema y los niños fueron acogidos por un trabajador social. Meses después fueron adoptados por una pareja de esposos cristianos quienes ante la incapacidad de procrear decidieron adoptar.
Todo parecía ir bien hasta que los nuevos padres se dieron cuenta que los niños tenían graves problemas emocionales.
Pesadillas, un preludio de la extraña conducta de Beth.
Las pesadillas de la niña trataban sobre un hombre que se “caía encima suyo y la hería con una parte de él”. Debido a estas tempranas experiencias infantiles Beth nunca desarrollo conciencia, confianza o algún tipo de afecto hacia nadie, el abuso que sufrió por parte de su padre biológico la llevo a mostrar conductas sexuales inapropiadas, especialmente hacia su hermano Jonathan a quien “ pellizca, estruja y da patadas en sus partes íntimas” según ella misma lo relata. En adición, Beth manifestaba conductas violentas hacia sus padres y animales (animales a los cuales llego a matar).
Estos extraños comportamientos hicieron que los padres de Beth la llevaran a un psicólogo.
Diálogos entre Beth y su psicólogo.
En sus conversaciones con el Doctor Ken Magid, un psicólogo clínico especialista en el tratamiento de niños víctimas de severos abusos sexuales Beth admite con total frialdad el haber maltratado desde siempre a su hermano a tal punto de intentar matarlo. Admitió que en ocasiones pensó en matar a sus padres y que sus intentos de asesinato no fueron en vano cuando se trató de animales que merodeaban su casa, los cuales mato sin tener ningún tipo de remordimiento.
Dr. Ken: ¿Las personas te temen Beth?
-Beth: Sí.
-Dr. Ken: ¿Tus padres tienen miedo de ti?
-Beth: Sí.
-Dr. Ken: ¿Qué harías con ellos?
-Beth: Apuñalarlos.
-Dr. Ken: ¿Qué harías con tu hermano?
-Beth: Matarlo.
-Dr. Ken: ¿En quién te gustaría meter alfileres?
-Beth: En mamá y papá.
-Dr. Ken: ¿Qué te gustaría que sucediera con ellos?
-Beth: Que murieran.”
Beth es internada en un Centro especial y recibe tratamiento psicológico.
Después de una larga entrevista, el Psicólogo Ken Magid decide que es necesario internar a la pequeña en un centro de tratamiento psicológico para niños con diferentes trastornos de comportamiento. Beth es diagnosticada con un grave trastorno del apego el cual se caracteriza por la incapacidad de crear relaciones sanas y adecuadas, lo cual, en este caso se debe al maltrato y abuso sexual que sufrió por parte de su padre biológico.
El trastorno del apego necesita recibir atención psicológica urgente, ya que podría convertirse en un peligro para la misma Beth y las personas que la rodeaban, debido a la falta de empatía que manifestaba, podría ser equiparable a trastornos como la sociopatía o la psicopatía.
Tratamiento psicológico
El tratamiento que le impusieron a Beth fue sumamente estricto, especialmente diseñado para niños como ella a los cuales les resulta difícil escuchar órdenes y seguir reglas. Beth debía pedir permiso para realizar cualquier tipo de actividad, ya sea para ir al baño incluso para beber agua. En las noches Beth era encerrada en una habitación para impedir que lastimara a otros niños.
Recuperación
Beth pudo recuperarse totalmente y en la actualidad es una mujer con una vida común. Al cabo de los años Beth se convirtió en una persona con capacidad para empatizar y ser consciente de sus actos. Actualmente Beth lleva una vida normal y trabaja como enfermera.
Esto nos hace pensar en la importancia de una buena crianza y en lo dañino que puede ser someter a un niño a maltratos de cualquier tipo especialmente en los periódicos críticos de su niñez. También vemos reflejada la efectividad de la terapia psicológica aun en los casos mas graves.
¿Cuáles fueron las claves psicoterapéuticas de su recuperación?
Esta total recuperación psicológica de la pequeña Beth pudo lograrse haciendo tomar conciencia a la niña sobre sus actos, aumentando su autoestima, además de cimentar los hábitos y conductas sociales funcionales, por ejemplo consiguiendo que fuera capaz de aceptar ciertas normas y poder gestionar, canalizar y entender el motivo de su ira.
Video de la entrevista a Beth Thomas.
Les recomendamos ver el documental del caso de Beth entero, llevado a cabo por la cadena HBO en 1992. Es realmente interesante y conviene conocer a fondo este caso, por todo lo que nos puede enseñar como profesionales y como seres humanos.
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